Según algunos investigadores de la UNAM, esto sucede cuando comemos de manera muy abundante. Al hacerlo, la glucosa que está en la sangre se va hacia el sistema nervioso, e inhibe la actividad de células que tenemos en una estructura que tenemos en el cerebro llamado hipotálamo lateral.
Allí hay unas neuronas llamadas orexinérgicas, y cuando hay glucosa en sangre, estas células dejan de disparar su frecuencia, su actividad disminuye y eso facilita que se instale esa sensación de tranquilidad y de quedarnos dormidos.
Entrar en este estado realmente no es malo, de hecho, se trata de un estado fisiológico que debería cumplirse, pero a veces es necesario evitarlo, sobre todo si después tenemos diversas actividades como manejar, ir a clase, regresar a la oficina o aquellas que impliquen agilidad mental y física.
Por estas razones, la mayoría tratamos de evitarlo, para ello lo ideal sería no comer tan abundante. Por ejemplo, puedes consumir en pocas cantidades, hasta que te sientas realmente satisfecho. Esto evitará que la glucosa incremente y te dé el mal del puerco.
La tradición se recrea en cada paladar, los sabores mayas se recuperan en cada mordida. Descubre los sabores de México en estas chayitas con milanesa a las finas hierbas.
¿Te gusta la milanesa?, ¿el adobo?, ¿el quesito de relleno?, ¿el mole? Créenos que este platillo ¡lo tiene todo! ¿Te gusta la milanesa?, ¿el adobo?, ¿el quesito de relleno?, ¿el mole? Créenos que este platillo ¡lo tiene todo!
No siempre tiene que ser adobado… Con esta receta dale un giro al lomo de cerdo.
Las fusiones son cada vez más comunes. Además, son enriquecedoras enriquecedoras, como en este caso donde dos sabores conocidos se juntan para dar paso a algo único. ¿Lo dudas? ¡Aventúrate a probar!