Los secretos del buen sabor de casi todos los platillos mexicanos vienen de una pechuga de pollo con piel y hueso. La piel hace que se concentren más las proteínas del pollo. El hueso distribuye mejor el calor a la carne y la deja mucho más suavecita.
El resultado será un delicioso caldo de pollo con el que se pueden hacer muchísimos platillos o disfrutarlo con unas verduras cocidas en él. ¿Te animas? Consulta las recetas con las que puedes consentir a los tuyos.
¿A quién conoces que no le guste el pollo empanizado? ¡Alegra tu paladar con un clásico!
La sazón refleja nuestra personalidad, nuestra cultura y hasta nuestro ánimo, Anímate a probar esta receta de rico pollo con arroz tipo valenciano. ¡Todo en uno!
¿Llegó el momento de preparar la comida y no tienes nada listo? No te preocupes, haz unas deliciosas pechugas de pollo con calabacines y elotes, ¡en menos de 40 minutos!
Algo es inusual o extravagante hasta que al probarlo nos gusta y entonces nos volvemos inusuales y extravagantes. El pollo nos mata; las manzanas, también, ¿por qué no hacemos pollo con manzanas?